26 de abril de 2016

ENCOMIENDA DE BESOS (Soneto de amor)


ENCOMIENDA DE BESOS


Tengo un paquete de besos que enviarte,
tú dime a qué dirección te los remito,
si a tu boca o a tu rostro, tan bonito,
mas no me prives de esos besos darte.

Dime, cariño, adónde o a qué parte
debo enviarte mi amor en paquetito,
pues es tu nombre que allí figura escrito
y eres tú destinataria de mi arte.

Que nada exista que tu amor suspenda,
acéptame este envío como ofrenda,
recíbela con ganas y atención.

Estate atenta al llegar de mi encomienda,
que es muy sincera, espero te sorprenda,
pues te la envío directo al corazón.

Rubén Sada. 26-04-2016

QUISIERON ACOBARDARME


QUISIERON ACOBARDARME

"Estamos prisioneros, carcelero. Yo, de estos torpes barrotes; tú, del miedo".
[Coplera del prisionero] 
(Armando Tejada Gómez-Horacio Guarany)



Quisieron acobardarme
“como a un pájaro sin luz”
pero yo cargué mi cruz:
¡no pudieron doblegarme!
Aún a costa de encerrarme
en la oscuridad total,
pude librarme del mal
y así conservé mi vida,
no es cobardía la huida
si demora su final.

De “antipatria” me acusaron
los que hoy, desde su tumba,
con olvido que retumba
mi fe y conciencia impugnaron.
En vano me encarcelaron
cual vanas bromas macabras,
una oveja entre las cabras
estaba libre, aunque presa,
y era mi munición gruesa
¡el poder de las palabras!

Muchas veces caminaba
con un fusil en la sien,
pensando “en un santiamén
mi cerviz será agujereada”.
Mas, yo siempre procuraba
salvaguardarme la vida,
y en ascenso o en caída
fui leal a mis principios
esquivando rocas, ripios,
hasta encontrar la salida.

Todo mal momento pasa,
todo temporal termina,
lo que el inicuo maquina
puede triunfar o fracasa.
Pero porque mi coraza
es de alma de acero y hombre,
porque tiene amor su nombre
y es de justicia su temple,
no hay nada que la destemple:
¡y haré que mi fuerza asombre!

Enfrentaré adversidad
aunque esta misma me arrastre,
volteando pesado lastre
cual David contra Goliat.
Esgrimiré la verdad
aunque el inicuo me ahorque,
no temo a la muerte porque
la enfrenté en impavidez,
le temo a la estupidez,
que es el más pesado torque.

Muchas historias poseo
en el núcleo de mi alma,
mil poesías en mi palma
reafirman lo que yo creo.
Mi haber, después de un arqueo,
cuando reviso mi archivo,
da un balance positivo,
no hay temor en mi ADN,
mi paso no se detiene
mientras siga estando vivo.

Por eso, yo de “cobarde”
no he conseguido el título,
falta el último capítulo
antes del fin de mi tarde.
No quisiera hacer alarde
mas no me doy por vencido,
mi bote no ha sido hundido
ni paré de navegar…
no dejaré de remar
aún con callos o aturdido.

Quisieron acobardarme
y aquí estoy, contando el cuento,
los malvados en su intento
ya no pueden obligarme.
Es momento de afirmarme
aferrándome a la vida,
con buen orden y medida
protegiendo mi salud,
seguro tendré un alud
de bondad inmerecida.

Rubén Sada. 26/04/2016 




Lee más detalles de mi historia en la prisión, debajo de mi poema

25 de abril de 2016

EL LUGAR DE RESIDENCIA DE DON AMOR (Emulando a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita)

Rubén Sada y Arjona Delia en el Monumento a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita,
en el Acueducto de Segovia, España, el 25/06/2014

EL LUGAR DE RESIDENCIA DE 

DON AMOR

(Poema emulando a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita)
 

Paseábase Don Amor por los campos castellanos
y todos se le acercaban para besarle la mano.
Un lugar donde vivir buscaba él mismo en el llano
en medio de tanto barro habitado por humanos.

Le ofrecieron hospedaje todos los hombres honrados:
ricos, pobres, esclavos, nobles, sabios e iletrados…
“Nosotros te ofreceremos lugares bien preparados
si vienes a nuestra mesa como nuestro convidado”.

—Don Amor, sé nuestro huésped…—dijeron, caballerescos.
—Alégranos nuestros días, nuestro vivir canallesco.
Te daremos la atención de monarca y caballero,
con tal que hallemos vivir muchos días placenteros.

—Señor de los amoríos…—los ancianos lo han llamado…
—Siéntete digno de estar, por favor, a nuestro lado,
ya que en toda la existencia no nos has acompañado,
sea el tiempo que nos queda, ocasión de haber amado.

—Vente presto con nosotros…—le gritaron unos niños,
—porque somos el futuro, nos hace falta cariño.
Protégenos de los males, del hambre y del exterminio,
que el frío, guerra o peligro no halle en nosotros dominio.

Como si fuese el cantar de aves desde unas ramas…
—Acude a nosotras, ¡ven!—invitáronle unas damas.
—Alivia nuestros pesares, soluciona nuestros dramas,
ya no hemos de vivir solas y sin nadie que nos ama.

Don Amor, peregrinando, pasó frente a unos cantores,
y a coro lo festejaron, entonándole loores.
—Ven con nosotros— dijeron… —danos letras con amores,
inspíranos bellos cantos, seremos tus seguidores.

Al pasar por Quilmes Oeste, entre pimpollos que nacen,
Don Amor vio a una pareja cuyos corazones placen,
les ofreció un buen futuro impulsando a que se abracen,
y se instaló entre los dos, hizo que se enamorasen.

El joven vivía soñando, sin saber en qué momento
llegaría Don Amor con la princesa de un cuento.
Sintió besos en su piel y se puso muy contento,
y bailaba por las calles con loco enamoramiento.

Soñando estaba la joven, la más hermosa doncella,
que algún día un caballero la descubriera tan bella,
suplicando día y noche al cielo y su buena estrella
que el esperado momento los ponga en la misma huella.

Y DON AMOR RESIDIÓ EN ELLOS.


Rubén Sada. 13 / 06 / 1981.

23 de abril de 2016

COMO UNA FLOR


COMO UNA FLOR (SONETO)

A Delia

Como una flor, florece mi soneto
y evapora perfumes de poesía,
con versos que humedecen la sequía
y hacen azul-celeste el cielo preto.

Estos catorce pétalos completo
con colores que adornan la grafía,
con métricas y rimas de armonía
y florecieron ya los dos cuartetos.

La vista más hermosa de mi vida
es la flor de tu amor, que siempre tuve,
flotando enamorado en una nube.

Y el alma estará siempre agradecida
pues sos mi poesía más hermosa:
¡Ya que sos más bella que una rosa!

Rubén Sada. 25/08/2015.

22 de abril de 2016

ECLIPSE (Soneto de amor)


 ☼ ECLIPSE 


Vos sos luna en mi noche con estrella,
yo soy sol que ilumina tu camino,
y un calmo eclipse me alineó el destino
para juntos andar la misma huella.
{Estribillo}
En un fantástico eclipse
fui encontrándome con vos
y juntos nos alineamos
en el cielo del amor.

Desde esa fiesta en que una flor tan bella
puse en tus manos, Dios allí intervino,
desde ese día este sentir genuino
me aseguró que tú eras mi doncella.
{Estribillo}
En un fantástico eclipse
fui encontrándome con vos
y juntos nos alineamos
en el cielo del amor.

Y ahora estoy en ti, de noche y día,
tú estás en mí, y en mi alma y poesía,
orbitando mi mente en una elipse.

Transitamos, mi amor, la misma vía,
poniendo el corazón en armonía,
fusionando nuestra alma en este eclipse.
{Estribillo}
En un fantástico eclipse
fui encontrándome con vos
y juntos nos alineamos
en el cielo del amor.

En un fantástico eclipse
fui encontrándome con vos
y juntos nos alineamos
en el cielo del amor...

Y juntos nos alineamos
en el cielo del amor.

Rubén Sada. 22-04-2016.



2 de abril de 2016

EL HOMBRE EMBARAZADO (Contrapunto en décimas, entre Edgardo Laluz y Rubén Sada)

EL HOMBRE EMBARAZADO


(Contrapunto en décimas, entre Edgardo Laluz y Rubén Sada)


—(Edgardo Laluz)—
¡Qué bonitos se los ve!
Ella con mangas de tul,
y Rubén Sada de azul
en el retrato observé.
Mas, si puede explíqueme,
mi pregunta se abalanza,
no lo tome como chanza
pues no salgo de mi asombro…
¿por qué la toma de hombro
y ella le ataja la panza?

—(Rubén Sada)—
Si la foto no me miente,
querido amigo Laluz,
haré fuerza en mi testuz
pidiendo que me lo cuente.
Es mi brazo en su hombro el puente
de unión que hemos profesado,
y al asunto cuestionado
le respondo con soltura
ella “ataja mi figura”:
¡la de un hombre embarazado!

—(Edgardo Laluz)—
Buen amigo Rubén Sada
y querido contendor,
lo sabía paridor
de la copla improvisada.
Su figura embarazada
me recuerda en el camino
y en el verso lo imagino,
aunque a usted le suene extraño,
a un personaje de antaño:
¡el famoso filipino!

—(Rubén Sada)—
El “famoso” al que reseña,
el célebre filipino,
ninguno sabe un pepino
donde está: ¡no dejó seña!
Lo abandonó la cigüeña,
su laurel nunca fue brioso:
(fama fugaz, un tramposo).
Lo mío es bien comprobable
y es asunto impepinable: (*)
¡Yo sigo siendo famoso!

—(Edgardo Laluz)—
¡Su fama es tan macanuda!
A’ más su vocabulario
engorda mi abecedario
y a desasnarme me ayuda.
De usted no me queda duda,
pero sabiendo el camino
le juro no me imagino
y a ese misterio me anudo,
¿quién fue el gaucho corajudo
que embarazó al filipino?

—(Rubén Sada)—
No hay fotos del susodicho
ni nada que arroje lumbre,
pero yo, desde la cumbre,
le aseguro que era un bicho.
Tal vez lo picó un gualicho,
mucho asado y poca danza,
tetrabrick de nula crianza,
colado en todo festín,
fue el paisano Tallarín
que le infló tanto la panza.

—(Edgardo Laluz)—
¡Le digo que usted me ayuda!
A mi mente pone luz,
se despeja mi testuz
y se disipa mi duda.
En esa tarea ruda
que le señaló el destino,
me dice que el filipino
la panza que había mostrado
¡no es panza de embarazado!
Es una panza de vino.

—(Rubén Sada)—
Pero ahora está dietético
mi vientre, por los aumentos
de los precios de alimentos,
aumentos que no son éticos.
Ya tengo un estado atlético,
de atleta es mi jerarquía,
insisto, sin ironía,
la silueta no me importa,
la salud que me conforta
es el canto y la poesía.
de la poesía encantada,
mas, si canta Rubén Sada
soy su fiel admirador.
Le propongo algo mejor,
Si es que lo permite Dios,
formar un dúo y en pos
de la silueta del hombre,
y ya le propongo el nombre:
puede ser “Dúo Gor/Dos”.

—(Rubén Sada)—
¡Qué idea fenomenal
que se le ha ocurrido, Edgardo!
Juntar un cantor y un bardo,
en actuación especial.
El canto es universal,
y en poesía soy su hermano,
usted con guitarra en mano
tocará lo que disponga:
¡mientras se oye una milonga
yo cantaré en italiano!

—(Rubén Sada)—
Y el dúo aquí se despide,
entre el público que aplaude…

—(Edgardo Laluz)—
En el canto no habrá fraude,
pues la música lo impide.

—(Rubén Sada)—
Si usted quiere y lo decide,
Lezama espera su entrada…

—(Edgardo Laluz)—
Se despiden de pasada
y Quilmes llega hecho cruz,

—(Rubén Sada)—
cantó aquí Edgardo Laluz
a dúo con Rubén Sada.

____________________________
Muchas gracias, compañero poeta 
Edgardo Laluz, por iniciar estos versos. Lo seguiré porque usted es La Luz de mi camino en la décima.
____________________________

* Impepinable:
1. adj. coloq. Cierto, seguro, que no admite discusión. (Real Academia Española y Macri.)

31 de marzo de 2016

EL SECRETO (Un cuento de terror, de Rubén Sada)

EL SECRETO 

(un cuento de terror, de Rubén Sada)

Los personajes y situaciones de este cuento, son ficticios y mera imaginación del autor. Cualquier semejanza con algún suceso real, si la hubiera, es sólo una coincidencia.

—¡Él está vivo! ¡Él está encerrado! ¡Tiene que estar vivo! ¡Sáquenlo de allí!- aseguraba con gritos desgarradores el hombre, mientras se autoflagelaba, golpeando su cabeza contra las acolchadas paredes de una habitación hermética, en el neuropsiquiátrico santacruceño donde estaba detenido desde hacía cinco años. Estaba allí inmovilizado con un chaleco de fuerza y abundantemente medicado con drogas psiquiátricas tan fuertes que tenían el propósito de quemar poco a poco sus recuerdos. ¿Acaso guardaba un "secreto"?
 Él era Néstor Quiroga, guardia de seguridad presidencial, militar de la Gendarmería Nacional. Como “custodio”, tenía a su cargo la vigilancia estricta de una de las mansiones que su homónimo “patrón” -como lo llamaba- poseía entre las trescientas veinticinco mil hectáreas que había comprado a precio vil, en la época de bonanza de su gestión presidencial.
 La fastuosa propiedad era la “favorita” del potentado expresidente, porque algunos fines de semana era un hecho su escapada secreta allí, acompañado de su secretaria y valijas. La asistente y amante, al mismo tiempo era hermana del custodio del lugar. El exmandatario había pedido al único testigo de estas escapadas de pasión furtiva, que guardara el más riguroso secreto de los hechos, ya que si su esposa, la primera dama se enteraba, el custodio y su hermana correrían riesgo de muerte. Así lo declaró éste ante el médico psiquiatra que firmó su inmediata internación en la habitación blanca del “Instituto Mind” de Salud Mental de Río Gallegos.
 La declaración del custodio fue archivada y caratulada como “secreto de estado”, no obstante, en parte revelaba que él siempre quiso saber cuál era “el secreto” que el presidente escondía en aquella mansión. Sus ventanas permanecían siempre cerradas, lo que hacía más intrigante y comprometedor el interior de la casa y mucho más desafiante y riesgoso el conocerlo.
 La casa que escondía “el secreto” era un punto desconocido del mapa, al que sólo se accedía por un largo camino de tierra, punto y línea imperceptibles en la extensa meseta patagónica. Allí, cubierta por una frondosa arboleda que impedía el acceso de cualquier intruso, por no verse siquiera desde el aire, estaba la propiedad que había pertenecido hacía más de un siglo a un colono inglés, a quien unos pobladores, criadores de ovejas, habían encontrado muerto en soledad, encerrado en ella. Muchos decían que en la morada habitaba su “fantasma”, mito que el custodio nunca creyó. No obstante, el deseo de ver ¡qué había allí dentro! se iba transformando en una “obsesión” para él.
 Luego de las visitas furtivas del patrón con su curvilínea secretaria, su codicioso dueño trababa las ventanas por dentro con un hermetismo tal, que la tenebrosidad se apoderaba de las paredes. Pero al custodio esto no le tenía que importar, porque su trabajo era impedir que alguien se acercara siquiera a la casa. Mejor dicho, no le importó hasta que un día el patrón se olvidó de cerrar una de las ventanas y se marchó hasta el siguiente fin de semana, en que como todos, volvería cargado de valijas cuyo contenido vaciaba en la casa.
 El custodio, obsesionado por ver qué escondía el interior de la mansión, aprovechó este olvido y se subió a uno de los pedestales que hacía de cimiento de la centenaria construcción. Por allí subió, abrazado a los ladrillos y trepando de costado, hasta que llegó al alféizar y con el fuerte impulso de sus brazos llegó a presenciar a través del vidrio de esa ventana, lo que siempre había sospechado: la mansión escondía “una bóveda secreta”, celosamente asegurada por una gran puerta circular de acero macizo, similar a las que tienen las entidades bancarias más seguras. Una manivela redonda y una gran botonera electrónica en su frente, advertían al intruso que sería imposible abrirla, a menos que… alguien supiera la combinación, y el único que la sabía, supuestamente, era “el patrón”. Pero ahora él, el custodio, era el único que sabía el secreto de la existencia de esta bóveda. Aunque, mejor dicho, también lo sabía la primera dama, la esposa “legal” de su patrón.
 Acerca de ella, el custodio declaró que el martes 26 de octubre de 2010, luego que su marido llegara a la secreta mansión y descargara el contenido de las valijas, como lo hacía habitualmente, la despechada mujer atravesó la garita de seguridad, manejando su auto a baja velocidad para no ser escuchada. Luego estacionó a unos treinta metros de la entrada y descendió con visible ofuscación, en la suposición de que iba a encontrar a su marido “infraganti” con la secretaria, pero esto no sucedió. No obstante y al rato de su entrada en la vivienda, comenzó a escuchar risas, las fuertes carcajadas de una enajenada mental y los gritos de ella diciendo:
 —Ahora sí tendrás para siempre lo que buscaste, dinero y mujeres, ja, ja, ja, ja. Beberás de tu propia medicina, corrupto avariento, ¿acaso pensabas que yo no podré acumular más plata que vos? ¿Para qué estudié de abogada? ¡Ahora tendrás para siempre lo que siempre codiciaste! Pero no te preocupes, te dejé adentro una botella de whisky y una foto de ella, así podrán amarse en la intimidad “por los siglos de los siglos”. Ah, me olvidaba: si al beberlo le sentís un gusto raro, bebételo todo igual, porque te ayudará a mitigar “tus horas finales”.¡Festejen, tortolitos! Jaaa, ja, ja, ja, ja.
 En el silencio de la inmensidad patagónica, el custodio pudo oír desde la garita de vigilancia a unos cien metros de la casa, esos gritos burlones, provenientes de la garganta despechada de la esposa del patrón. A continuación, ella, ocultando su odio detrás de unos anteojos oscuros, abandonó la mansión, cerrando la infranqueable puerta con llave.
 Luego de media hora sin saber qué hacer o a quién avisar, debido al riguroso secreto que lo ponía en peligro, el custodio fue relevado por su superior en el mando y llevado detenido para ser interrogado, a partir de lo cual se le “recetó” su internación en el Instituto de Salud Mental, debido a su declaración. Al día siguiente, la televisión transmitía el Censo Nacional 2010 informando su desarrollo con toda normalidad, censo en el que todas las casas de la república eran visitadas por censistas para obtener información sobre sus habitantes, mejor dicho, todas las casas menos una: la mansión que hasta el día de hoy sigue escondiendo un intrigante secreto: ¿Qué hay adentro de “la bóveda”? Al mismo tiempo, el país se consternaba por la desaparición física de su favorito presidente. Aunque nadie hasta hoy, seis años después,  haya visto su cadáver y el féretro en el que se lo veló era treinta centímetros más corto que la altura del óbito.
 —¡Él está vivo! ¡Él está encerrado! ¡Tiene que estar vivo! ¡Sáquenlo de la bóveda! — aseguraba con gritos desgarradores el hombre, mientras se autoflagelaba, golpeando su cabeza contra las acolchadas paredes de la hermética habitación del neuropsiquiátrico santacruceño donde estaba detenido desde hacía cinco años. Cuando los médicos oyeron su pedido desgarrador, entraron dos fornidos enfermeros, uno de los cuales portaba en su mano un trapo embebido con éter en cantidad suficiente como para dormir a un caballo, y el otro lo escoltaba portando una jeringa de unos treinta centímetros que translucía una baba amarillenta.
El "secreto de estado", estaba a resguardo.

Autor: Rubén Sada. 31/03/2016.

6 de marzo de 2016

EL DEBATE PRESIDENCIAL (Domingo 15 de noviembre de 2015) en Argentina. Payada triple: Edgardo Laluz, Hugo Castro y Rubén Sada

EL DEBATE PRESIDENCIAL

(Domingo 15 de noviembre de 2015) en Argentina.

Payada triple: Edgardo Laluz, Hugo Castro y Rubén Sada



—Edgardo Laluz—
Buenas noches paisanada,
de la huella no me tuerzo
y ando extrañando sus versos
amigazo Rubén Sada.
Hagamos una humorada
que hoy mi cerebro se bate
no crea que es un embate,
en mi decir lo distingo
coménteme si el domingo
miró el famoso debate.

—Hugo Castro—
Andará en un menester
o me figuro por àhi,
viendo Chile y Uruguay
por quererse entretener.
No me quiero entrometer
pero me dio un acicate,
porque hablando del debate
aunque análisis no luzco:
"puro ladrido, cual cuzco
pa´afirmarse en el embate".

—Edgardo Laluz—
No es ninguna intromisión,
mi buen amigo Hugo Castro,
si es que me ayuda algún astro
yo le daré mi visión.
Esperaba esa cuestión
y no digo un disparate,
porque pa’ mí fue un combate,
donde el verso fue fluido:
¡terminé más confundido
que antes que empiece el debate!

—Rubén Sada—
¡Por esta invitación, gracias,
amigos Edgardo y Hugo!
Saquémosle al tema jugo
y hagamos mental gimnasia.
Cualquier payada me sacia,
mucho más que un buen debate
pues la mentira me abate.
Yo prefiero un contrapunto,
que es un debate presunto,
pero entre dos, que son vates.

—Edgardo Laluz—
Qué bueno que haya venido,
le había perdido el rastro,
me comentaba Hugo Castro
que estaba viendo el partido.
Le juro estoy confundido
y es capaz que usted me ayuda,
su respuesta es macanuda
porque entre tantos embates
el tan mentado debate
me dejó un montón de dudas.

—Hugo Castro—
Si usted tiene un entripado
y más, siendo carnicero,
de sus dudas compañero
me haré cargo, preocupado.
Disculpe, me había marchado
y aunque no sea sesuda,
tal vez mi respuesta acuda
a aclararle un poco el mate,
del tan mentado debate,
dígame, ¿cuál es su duda?

—Rubén Sada—
Su duda ¿será temática?
Aunque yo no soy psicólogo
le digo que dos monólogos
no es lo mismo que una plática.
Fue conversación errática
y el tema espinoso abordo,
yo en palabras me desbordo
porque todos preguntaban
pero no se contestaban
como un diálogo de sordos.

—Hugo Castro—
Tiene razón Rubén Sada
decir: "no me contestaste"
es como decir pifiaste
y de pelota parada.
Usted ya sabe, no hay nada
más fulero que medir
el continuo ir y venir
sin espumar caldo gordo,
pero no existe peor sordo
que aquel que no quiere oír.

—Edgardo Laluz—
¡Pido perdón aparceros!
¡No es que al tema le haga asco!
Taba cortando churrascos,
ya saben, soy carnicero.
Yo les voy a ser sincero
porque les pedí un barato
y en el verso me desato
pa’ dirimir sin temor
y saber cuál es mejor
entre los dos candidatos.

—Rubén Sada—
Cada cual hará su juego
porque así es la democracia,
en el cuarto “oscuro”, ¡audacia
es no votar como ciegos!
Yo pregunto, desde luego,
y a mi duda deme oído,
pregunta que me hace ruido,
suélteme su propia rienda,
responda y no se me ofenda:
A usted: “¿en qué lo han convertido?”

—Hugo Castro—
Yo nunca fui de ocultar
mi parecer ciudadano
y menos si tengo a mano
motivos para opinar.
Por eso voy a dejar
aquí mi opinión ya mismo,
como ya salté un abismo
de otrora tiempo nefasto,
por "Cambiemos", no me gasto
no voto liberalismo.

—Rubén Sada—
Yo no ocultaré ni oculto
mi deseo de libertad,
que se sepa la verdad
y a la honradez se haga un culto.
La injusticia es un insulto,
el hambre una cachetada,
la miseria es una espada
que parte al país en dos,
país bendito por Dios
que no acierta la jugada.

—Hugo Castro—
Apareando la sextilla
que viene de maravilla
para esta grata reunión,
Laluz, le pregunto al punto,
que no le esquive al asunto
y también dé su opinión.

—Edgardo Laluz—
Pa’ mí el debate que viene
pa’ que no existan más cucos
debieran jugarlo al truco
así el pueblo se entretiene.
Es lo que más nos conviene
que se midan los rivales
y para evitar los males
los gastos y tantos viajes,
que también el balotaje
lo definan a penales.

—Rubén Sada—
La buena idea del truco
tiró Edgardo en recitada,
las cartas están echadas
y el tema ya está caduco.
Será un duelo sin trabuco,
un combate entre dos astros,
no le perdamos el rastro
distingamos quién es quién,
¡saluda a Laluz, Rubén,
y salud, don Hugo Castro!

Autores: Edgardo Laluz, Hugo Castro y Rubén Sada.


27 de febrero de 2016

SONETO PARA EDUARDO DANIEL


Soneto para Eduardo Daniel


Para mi hijo, Eduardo Daniel Sada, con afecto.

Acercándote al cénit de tu vida
vas volando entre nuevos horizontes,
no habrá cielo que tu ala no remonte
ni viento en contra que tu vuelo impida.

No te aleja mi alma, ni te olvida,
ni hay lejanía que problema importe,
porque estás dentro de mí como soporte
con tu espíritu audaz y valentía.

Y hoy quiero homenajearte, en este día,
como tu amigo que a su amigo alienta,
y como un padre que abrazarte ansía.

Aunque la vía, de vallas no esté exenta,
ve con ímpetu, coraje y gallardía, 
ya que sólo triunfa quien lo intenta.

Con mucho afecto, Rubén Sada, a mi hijo,
en su cumpleaños. 4/09/2012.

¡PARAPETATE!


¡PARAPETATE!


Si estás perdido, parapléjico,
en el páramo paralizador
y no sabés tu paradero, ¡parapetate!
¡Pará! Hacé un paréntesis. 
¡Pará! Hacé una parada.
Parapetate detrás del parapeto de tu alma. 
Tu alma te parapetará.
Parapetate en el par de alas del parapente de tu alma, 
para volar cual pájaro,
y no parar hasta el paraje paradisíaco 
sin parangón que está en el paraíso paraguayo.
Volá por el Paraná, más allá del Paraguay 
y hasta el último paralelo.
Parapetate para parar la parafernalia 
paralizante preparada por paramilitares.
Es una paradoja que el paradigma 
de la parálisis sea lo que te para.
Si estás paranoico andá al parapsicólogo
o al paramédico, y que te recete paracetamol.
Paralelamente, para no quedar parapléjico, 
parapetate del paracaídas, 
parapetate del paragolpe.
No te parapetes de la paica, 
parapetate de la parca, que no te atrape.
No estás para la parcela. 
Parapetate de los parásitos. 
Que no te parta el pararrayo.
Pero no te parapetes del bien, 
y que estar de parabien sea tu parámetro.
Parafraseá conmigo: ¡Parapetémonos!
En este diario combate: ¡Parapetate!

Autor: Rubén Sada

Con tu visita yo vibro./ Tu regalo apreciaré,/y te obsequiaré mi libro/ si me invitas un café.

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