19 de noviembre de 2015

SOY QUILMEÑO


SOY QUILMEÑO


Yo soy un juglar quilmeño,
de los pagos de Arrestía,
y me gusta la poesía,
le pongo garra y empeño.
Ser payador es mi sueño
porque llena de emociones,
enséñeme sus canciones
hágame oír sus décimas,
porque las mías son pésimas,
no quiero hacer papelones.

El taller de payadores
me brindó la bienvenida,
y hoy en mi Quilmes querida
estoy entre sus cantores.
Son las décimas las flores,
son placer y algarabía,
son guitarra, melodía,
son aplausos y alboroto,
junto al maestro Gabotto
compartiendo la poesía.

Digo en versos lo que siento
para que ruede en el mundo,
mi sentir claro y profundo
que nace del sentimiento.
Versos que son el cimiento
de mi lírica emoción,
y que tienen por misión
decir en forma concreta,
las ideas de un poeta
que canta de corazón.

Rubén Sada

DE DIEZ (Rubén Sada presenta su décimo libro, escrito en décimas)


DE DIEZ


Te entrego aquí mis diez rosas
increíblemente bellas,
desde que ando en estas huellas
de espinelas tan hermosas.
Aquí hablo de muchas cosas
presentando un libro que es
mi mejor libro, tal vez,
lo digo y me comprometo,
pues después del de sonetos
este libro está DE DIEZ.

LA TOPADORA DEL TIEMPO



LA TOPADORA DEL TIEMPO


¡Mi barrio ha sido arrasado!
Pasó el tiempo y no es el mismo,
pues hoy, un profundo abismo
sobrescribió su pasado.
¡Barrio que me has criado!
Recuerdo, que en la vereda,
vecinos, que ya no quedan,
bajo el tilo y mate en mano,
compartimos el verano
respirando la arboleda.

Con nostalgia hay un infante 
en la paz de los sesenta,
un sosiego que hoy lamenta
vivir de allí tan distante.
Tardes de juego triunfante,
carreras, rodando al suelo,
mancha, rayuela y el cielo,
barriletes con cartitas,
naipes y mil figuritas,
vaquitas en caramelos.

Mil aromas que me envuelven,
a ligustros y arvejillas,
a chocolates, vainillas,
extrañando que no vuelven.
Perfumes, que se disuelven,
verano, otoños, inviernos 
y primaveras con flores,
canciones llenas de amores,
“muy bien diez” en mis cuadernos.

Pero, ¡el barrio ha perecido
perdiendo su viva historia!
Con muchas penas, sin gloria,
¡el tiempo lo ha sometido!
En la calle en que he crecido, 
cuando jugaba en mi esquina
a quien pase, se asesina,
y mi vereda es la tumba
donde el disparo retumba
y el rey delito domina.

¡Señores! Llegó el progreso,
“topadora de la vida”,
causando sangrante herida
y un esmog, ciego y espeso.
En devastante proceso
las fábricas de trabajar 
han tenido que cerrar,
y el “negocio” que hoy prospera
ingresa por la frontera
y nos viene a fumigar.

Arrabal, saga violenta, 
que escribe este triste cuento,
una selva de cemento,
donde el morbo se alimenta.
Mi calle se puso cruenta,
y un cruel código insurrecto 
se televisa en directo
en films de seguridad.
No hay amor, ni por piedad
y está ausente el intelecto.

Es un cuento que redacta 
la historia más increíble,
mi barrio es zona temible 
en el que la muerte pacta.
El tiempo a mi alma impacta 
y a un pasado se aferra,
donde eran calles de tierra, 
esta letal topadora
arrasó, y me avizora
ser también un caído en guerra.

“¿Dónde estará mi arrabal? (1)
¿Quién se robó mi niñez?” (1)
¿Cuándo surgió la idiotez
de tornar al bien en mal?
¿Y qué asesino serial
convirtió a mi barrio en turbio?
Quiero volver al suburbio, 
a aquél, del que no huí.
Si de ahí nunca me fui
¿por qué vivo entre el disturbio?

Hoy sufro un duro revés,
¿seré un árbol sin raíz?
Y sangra mi cicatriz
donde perdí mi niñez.
“Después...
¿qué importa del después?(2)
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado...
como un pájaro sin luz.”

(1) Versos tomados del tango “Tinta roja”. Letra: Cátulo Castillo.
(2) Versos tomados del tango “Naranjo en flor”. Letra: Homero Expósito.

© RUBÉN SADA - Poema perteneciente al libro DE DIEZ.
Ganador del segundo premio en concurso "FIN DE AÑO 2015" del Ateneo Temático, Literario, Artístico y Solidario BAJO EL SIGNO DEL AMOR", Bernal, Buenos Aires.

TIEMPO - INFANCIA

TIEMPO - INFANCIA 

Tiempo que pasás veloz,
más rápido que el sonido,
ayer creí haber nacido
y hoy me seguís con la hoz.
Aquí enciendo mi altavoz
sin vanidad ni jactancia,
sin orgullo ni arrogancia 
yo te nombro mi enemigo,
mas, si querés ser mi amigo
¡regresame hacia mi infancia!

Tiempo, no seas tan cruel
que soy apenas tu hijo,
y en este verso te exijo
más hilo a mi carretel.
No me des a beber hiel,
ni de tu amarga substancia,
que me causa repugnancia,
mejor hazme beber dulce
para que el alma se endulce
como en mi temprana infancia. 


Tiempo, no me oxides más,
que cada vez más me oxido,
hazme en la cara un pulido
y que mi piel vuelva atrás.
Para algo estaré, quizás,
compartiré mi abundancia, 
combatiré la ignorancia,
haré a cuantos pueda el bien,
y seré bueno, también,
y puro, como en mi infancia.

Tiempo, no soy tu rehén,
no me arrastres tan ligero,
disfrutar el viaje quiero,
que no se estrelle mi tren.
Tu marcha feroz detén
y dale a esto importancia,
que a pesar de la distancia
cinco hijos te he entregado,
y en sus ojos he observado 
la inocencia de mi infancia!

Tiempo que nos arrebatas
cada hálito de vida,
tú acercas nuestra partida
hacia una muerte que mata.
Cuando yo estire la pata
no tendré deseo ni ansia,
por eso hoy en consonancia
con la edad que yo poseo,
te digo, tiempo, que creo
que más linda fue mi infancia.

Tiempo, me obligaste a ser
como un mísero ñandú,
me obligas a avanzar tú,
sin poder retroceder.
Reloj, hoy te hago saber
y entrando ahora en confianza,
contra ti va mi asechanza
y mi mano te mutila:
¡Prefiero darle tu pila
a un juguete de mi infancia!

© Rubén Sada - 19-11-2015.
Publicado en el libro "DE DIEZ - Floreos, contrapuntos y décimas enriquecidas", décimo libro de Rubén Sada presentado en Noviembre de 2015.

Recurso retórico utilizado: Apóstrofe, Adínaton.

14 de noviembre de 2015

LÁGRIMAS QUE NO SE VEN



LÁGRIMAS QUE NO SE VEN


Un mundo que se halla inmerso
en nacionalismo y odio,
no puede estar en el podio
de la paz del universo.
Quiero, mediante este verso
pedir paz, decir ‘amén’,
pedir justicia, también,
pues siempre a la guerra opuse,
el terrorismo produce
lágrimas que no se ven.

Llora el pueblo por el hambre
mas, no hay pan para este llanto,
mas, para la guerra en tanto
las armas forman enjambre.
El fanatismo es raigambre (1)
de quienes odian el bien,
yo quisiera saber quién
vende al terrorista armas
sembrando en la gente alarmas:
lágrimas que no se ven.

El hambre también es crimen
y si el hambriento protesta
las balas son la respuesta,
reprimiendo a los que gimen.
A su propio pueblo oprimen
con arrogancia y desdén,
minando en un santiamén
hasta la ilusión más pura,
mientras nuestro llanto apura
lágrimas que no se ven.

Según vi en una película
es el mismo occidental,
quien le vende al oriental
armas, balas y matrícula.
La situación es ridícula,
porque todo un almacén
de fusiles, y también
balas, les vende el gobierno,
fomentando el odio interno,
lágrimas que no se ven. 

A las armas soy alérgico,
para todos sale Febo,
a los fusiles repruebo
y rechazo su uso, enérgico.
Creo en el modo sinérgico
de unir todos nuestra sien,
lo que uno no puede, cien
han de poderlo, si se unen,
evitando, si se reúnen
lágrimas que no se ven.

Por decir que “no a la guerra”
estuve preso cuatro años,
mas no caí en el engaño
de quien al odio se aferra.
Pidamos “paz en la tierra”,
porque es el único Edén,
lograremos buen sostén
de nuestro espíritu innato,
y evitará al neonato
lágrimas que no se ven.

Rechazo el nacionalismo, (2)
rechazo la xenofobia,
el terrorismo que agobia
cuando hay odio y fanatismo.
Malo el fundamentalismo,
y el secuestro con rehén,
la guerra en Jerusalén
y el atentado suicida,
todo esto es muerte en vida:
lágrimas que no se ven.

Posee un mal protagónico
toda guerra que principia:
un caso de serendipia (3)
de algún proceso antagónico.
La violencia es odio crónico
que pica como un jején,
viernes trece parisién
y el mundo viste de luto,
y en mi espíritu recluto
lágrimas que no se ven.

© Rubén Sada - 14/11/2015.

Notas:
(1) Raigambre: Conjunto de antecedentes, intereses o hábitos que hace que una cosa sea estable o segura o que ligan a una persona a un lugar determinado


(2) Al igual que los atentados terroristas ocurridos en París el viernes 13/11/2015, la Rep. Argentina ha sufrido más de 21.443 acciones y atentados terroristas hace 4 décadas, horribles crímenes que han costado miles de vidas humanas en una guerra fratricida por el poder y el dinero. Listado: 
Atentados cometidos por guerrilleros, terroristas del ERP y Montoneros en la Argentina de los 70:
  • 5215 atentados explosivos
  • 1052 atentados incendiarios, 
  • 1311 secuestros de artefactos explosivos y
  • 132 secuestros de material incendiario, 
  • 2013 intimidaciones con arma, 
  • 252 actos contra medios de comunicación social, 
  • 1748 secuestros, 
  • 1501 asesinatos, 
  • 551 robos de dinero, 
  • 589 robos de vehículos, 
  • 2402 robos de armamentos, 
  • 36 robos de explosivos, 
  • 111 robos de documentos, 
  • 17 robos de uniformes, 
  • 19 robos de material de comunicaciones, 
  • 73 robos de material sanitario, 
  • 151 de materiales diversos, 
  • 20 copamientos de localidades, 
  • 45 copamientos de unidades militares, policiales y de seguridad, 
  • 22 copamientos de medios de comunicación social, 
  • 80 copamientos de fábricas, 
  • 5 copamientos de locales de espectáculos públicos, 
  • 261 repartos de víveres, 
  • 3014 actos de propaganda, 
  • 157 izamientos de bandera y 
  • 666 actos intimidatorios."
  • http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/cap1.html

(3) Serendipia: En literatura, se habla de serendipia cuando un escritor de ficción escribe sobre un acontecimiento que imagina y, tiempo después, el hecho sucede en la vida real de forma casual.

13 de noviembre de 2015

PREGUNTAS AL CARNICERO


PREGUNTAS AL CARNICERO


—Rubén Sada—
¿Qué tal, paisano Laluz?
Hoy lo vuelvo a saludar.
Mis dudas quiero saldar
y usted quizá me dé luz.
No me cierra en el testuz
por qué en su carnicería
hay tanta mercadería
con el nombre trastocado.
Usted que es un licenciado,
¿me responde con poesía?

¿Por qué se llama “vacío”
(y disculpe que lo encarne)
si el “vacío” es esa carne
que más carne tiene? Es un lío.
Lo veo “lleno”, en el frío,
y por mi ignorancia dudo,
de respuestas estoy mudo,
conteste, si es de su agrado:
¿por qué usted vende “asado”
si me lo despacha “crudo”?


—Edgardo Laluz—
¡El dilema es muy sencillo!
Rubén Sada, amigo mío,
lo que le queda vacío
al salir, es el bolsillo.
El asado tiene brillo
y usted lo compra al descuido,
si el lugar es elegido
ya no tendrá esa porfía,
¡venga a mi carnicería
y lo llevará cocido!



—Rubén Sada—
Otra duda que me asalta
y es de índole mayúscula,
un kilo pesa la báscula
y al kilo diez gramos falta.
Mi grasa en sangre está alta,
por eso, dijo el doctor,
que a mi salud dé favor:
que carne “liviana” coma,
¡deme diez gramos! no es broma,
si es de “vacío”, mejor.


—Edgardo Laluz—
¡Su pregunta hoy me abraza!
Yo respondo sin demora,
los diez gramos se evaporan
¡de camino hasta su casa!
Mas, me pone como brasa
la receta del señor,
no hago juicio de valor,
porque en eso soy prudente,
yo aconsejo a los clientes…
que no vayan al doctor.



—Rubén Sada—
¿Por qué el corte de “cuadrada”
veo que es carne redonda?
Usted que es docto, responda,
las dudas de Rubén Sada.
Y otra pregunta “encarnada”
en mi enciclopédico tomo,
si es “esfera”, bola o domo,
en lo que al “lomo” respecta:
¿por qué está cortada “recta”
la carne de “bola” de lomo?


—Edgardo Laluz—
La cuadrada es bien cuadrada,
pero eso también depende
del cortador que lo atiende,
amigazo Rubén Sada.
También en esta pasada
bola de lomo, diría,
redonda y no es mi porfía,
le aconsejo improvisando,
pa’ mí que lo están cag...do…
¡cambie de carnicería!



—Rubén Sada—
Los nervios toman mi espalda
y me cerebro me suda
por otra increíble duda
que cuelga como guirnalda:
¿Será que el corte de “falda”
un escocés lo inventó?
¿Y por eso lo nombró
con nombre de vestidura?
¿Es la vaca una criatura
femenina y falda usó?


—Edgardo Laluz—
¡Pero que está preguntón!
¿No será que usted querría
ponerse carnicería,
y me saca información?
Ya le digo de un tirón
lo del nombre, compañero,
Cuando el toro ve aparcero
tanto de frente o de espalda,
una vaca en minifalda
se queda haciendo puchero.



—Rubén Sada—
Usted que es profesional,
cirujano de las reses,
la duda me viene, a veces,
y me azota la moral.
Y hablando de lo fatal,
me pregunto, si es que importa,
¿si la sierra se le aborta
o se le pierde el cuchillo,
a los cortes de “azotillo”
con un látigo los corta?


—Edgardo Laluz—
¡Corta el aire mi cuchillo,
y el gavilán el alambre!
De los pobres el matambre
es el famoso azotillo.
Yo sigo sacando brillo
ya que en esto usted me enfrasca,
a veces es como guasca
y en confesar no me apoco,
que si no lo soba un poco,
seguro que no lo masca!



—Rubén Sada—
Ya que me habla del matambre,
otra duda le enarbolo,
no me deje hablando solo
ni me deje pa’ fiambre.
El matambre, ¿mata el hambre?
El bife, ¿pega en la cara?
Si la cría de la piara,
se denomina “lechón”,
¿podría ser que el jamón
de ubres de vaca sacaran?


—Edgardo Laluz—
¡Cuántas preguntas en una!
Eso es una jugarreta.
Su bife pa’ mí es chuleta,
mata el hambre y su fortuna.
La piara estando en la cuna
se denomina lechón,
y cuando nombra el jamón
acá la verdad descubre,
no se saca de la ubre…
¡sale del chancho capón!



—Rubén Sada—
A la salida me estiro,
linda su carnicería,
gracias por su poesía
y como poeta lo admiro.
Mas, disculpe, me retiro
de aquí sin comprarle nada
se despide Rubén Sada,
mis preguntas son en vano,
porque soy vegetariano
y de plata traje “nada”.


—Edgardo Laluz—
También le dejo mis flores
en mi verso sin cartel,
me está esperando Emanuel,
ya me voy para Dolores
¡al Taller de payadores,
para hilvanar decimales!
¡Mis saludos son cordiales
y a mi rancho está invitado!
¡Yo me como un buen asado
y a usted le hago vegetales!



—Rubén Sada—
Me inclino ante su baquía
de experto en la media res,
y aprecio su sencillez
de explicármela en poesía.
Sus versos sirven de guía
para un buen faenador,
pero yo soy un cantor,
el cuchillo ni de asomo,
yo a la vaca me la como
con un tinto y con amor.


—Rubén Sada—
Acollarando esta yunta,
ya nos vamos saludando...

—Edgardo Laluz—
Yo lo voy felicitando
por salir haciendo punta.


—Rubén Sada—
¡Qué buenas son estas juntas
que corren como avestruz!

—Edgardo Laluz—
Salen versos del testuz
con la rima improvisada...


—Rubén Sada—
Se abrazaron Rubén Sada
con el payador Laluz.

© Edgardo Laluz y Rubén Sada. 
13/11/2015.
Repentismo en décimas por Facebook.


12 de noviembre de 2015

PRESENTÁNDOME

PRESENTÁNDOME

Me dispongo a presentarme
y lo hago de esta manera,
con la décima campera
los invito a acompañarme.
Gracias, pues, por escucharme
lo que les voy a brindar,
con la alegría del dar
y les pido aquí también, 
llámenme nomás Rubén,
pa’ lo que gusten mandar.

Este libro es una fiesta 
porque es mi número diez,
traigo especial interés,
traigo espinelas a cuesta.
En el espacio que resta
a amigos voy presentando,
porque es algo bueno cuando
tiene amistad el trovador,
y la lira del cantor,
lo acompaña musicando.

Mi acorde tendrá el latido
del alma de un gran amor,
y aunque no brille en fulgor
tiene un honesto sentido.
En mi sueño está prendido
y le agradezco al maestro,
Emanuel, payador diestro,
que en cada clase nos guía
para hacer buena poesía
con raíces de lo nuestro.

Transito lo que he elegido
con mi esposa, bien criolla,
más valiosa que una joya,
me inspira versos floridos.
Compañeros muy queridos,
me brindan siempre el respeto,
y por eso les prometo
que nunca habré de cansarlos
y jamás voy a engañarlos
y en esto, me comprometo.

No traiciono a mi bandera 
pregonando la verdad,
soy juglar en libertad
de la república entera.
Si digo frases sinceras
pobladas de sentimiento,
gritando mi descontento
pues soy honesto y genuino,
aquí canta un argentino
soltando su voz al viento.

Mi homenaje al que trabaja
y construir es su consigna,
que quiere una patria digna,
sin vagancia que la ultraja.
No hay bolsillo en la mortaja
y en dedicado preludio,
tiro fiscal interludio
por quien roba en peculado
los erarios del estado:
¡para ellos va mi repudio!

Canto a la gente mayor
padre, madre, tío, abuelo,
con el canto de mi suelo
que da alabanza y amor.
Cada uno fue el autor
de la patria en fundamento,
y pido le den aumento
a todos los jubilados,
que cumplan lo que han firmado:
el ochenta y dos por ciento.

Luego elogio al estudiante
que el porvenir hoy se labra,
esgrimiendo la palabra
con sentimiento vibrante. 
Con un rumbo palpitante
dedica tiempo y virtud
demostrando su inquietud,
toda persona que estudia,
y que de a poco preludia
su ilusión de juventud.

Le canto a la paisanada,
diciéndole a voz en cuello,
que mi estrofa tiene el sello
de promisoria alborada.
Un destino de avanzada
tendrá el país si se une,
si el delito no es impune
triunfaremos, lo aseguro,
mi verso alumbra el futuro
lamento, quizá importune.

Por eso quiero dejarle
estas décimas cantadas,
lean siempre a Rubén Sada
y atención habrán de darle.
Si a alguien no ha de gustarle
y cree mi verso dañino,
que sepa: ¡soy argentino!
Yo sigo el paso de Fierro,
y aunque me larguen al perro
denunciaré al asesino.

Seguiré en este camino
aunque me chillen los teros,
pues sigo en los derroteros
de Betinotti y Gabino.
Este ha sido mi destino,
el miedo no me atormenta,
peor es llevar la afrenta
de ser cómplice del mal,
y a la enseña nacional
agujerearla fraudulenta.  

Bueno, aquí ya presenté
flores fragancia de rosas
y algunas muy espinosas
de las que luego hablaré.
Con esperanza y con fe,
como un diestro sembrador,
siembro semillas de amor
y con un noble motivo
defiendo el canto nativo:
¡el canto del payador!


© Rubén Sada. 

11 de noviembre de 2015

EL FANTASMA PAYADOR

EL FANTASMA PAYADOR

Dormitaba yo tranquilo,
y un aire a plomo y neblina 
hizo mover la cortina,
despertándome el sigilo.
Con lenta voz, intranquilo,
pregunté: —“¿Quién es usted?”—
Y me agarró mucha sed
y un brote fiero de asma,
pues vi el horror de un fantasma
de pie, contra la pared.

Él me dijo, invitador:
—“Con usted quiero payar,
hoy lo vino a visitar
‘EL FANTASMA PAYADOR’.
Le haré perder el honor
en mi hábil contrapunto
y como es nuestro asunto,
no le cuente el tema a nadie,
aunque el verso aquí se irradie
es nuestro secreto y punto.”—


Acepté yo al retador,
(pareció amigo el fantasma)
y como quien se entusiasma
dije: —“Empiece, payador.”—
La bordona del cantor
allí comenzó el arpegio,
y un sublime acorde, regio,
empezó pronto a fluir,
tanto que me hizo sentir
como un chico de colegio.

—“Me pondré a improvisar,
que mi intención no moleste,
espero se manifieste
en el arte de payar.
Nadie nos ha de escuchar,
resolvamos este asunto
con un diálogo conjunto
del repentismo mejor,
‘el fantasma payador’
lo convoca a un contrapunto”.—


—“Gracias por la invitación,
aunque yo no lo he invitado,
usted es quien se ha colado
entrando en mi habitación.
Amerita la ocasión
prestándome al contrapunto,
yo de palabras me unto
pero usted ya está finado,
¡usted ya está derrotado!
porque es un triste difunto”.—


—“No se lo crea, mi amigo,
voy penando y canto triste,
lo que usté’ está viendo existe,
me ve, me escucha, es testigo.
Va por los aires, conmigo,
la guitarra y la agonía, 
cuitas, penas, poesía,
aun donde hay vida nula,
va conmigo y deambula 
la décima, noche y día.

Con arpegios de milonga
yo le quiero demostrar,
que es fácil improvisar
sobre el tema que disponga.
La palabra que proponga,
de la que su mente inquiere,
sin misa ni miserere
yo aquí le responderé,
mi pena le cantaré,
¡usted, calmo, no se altere!”—


—“Con calma yo le pregunto,
don fantasma payador,
¿en qué tiempo malhechor
usted se tornó en difunto?
¿Bajo qué terrible asunto 
un gaucho de vida noble
sano y fuerte como un roble,
perdió en la muerte su lucha?
Su respuesta se la escucha:
¡le cedo una estrofa doble!”—


—“Yo era peón laburador,
que cultivaba mi quinta,
mi mujer estaba encinta
cual sol, esperanzador.
Hasta que un día el terror 
dio pánico a mi semblante,
cuando vi humo llameante
al acercarme a mi rancho,
y escenas de zafarrancho
quemaron en un instante.

Luego pude averiguar
quién le prendió fuego a todo
me cercenó pierna y codo,
pues no la pude salvar.
Triste fue mi deambular
sin rumbo, sin esperanza,
pero en mí tengo confianza
y sé que lo encontraré,
y frente a él calmaré
mis deseos de venganza.”—


—“Le pregunto: ¿ya encontró
a quien lo arruinara en vida?
¿Ya le dio su merecida
si cara a cara lo vio?
Si usted no se le animó...
¡Cuente conmigo, paisano!
Si puedo darle una mano
para aliviar su condena,
cantaré junto a su pena
la de todo buen 'crestiano'.”—


—“Mi muerte fue en soledad,
abandoné mi tapera,
sin mujer, hijos, siquiera
sin una flor, sin piedad.
Errante en esta ciudad
busco al odioso usurero,
que por muy poco dinero
me cortó de mi raíz,
mató mi vida feliz,
verdugo y sepulturero.”—


—“Yo sé que lo encontrará,
¡no sea fantasmagórico!
Alce su canto folklórico
y algún día lo hallará.
Ser peregrino será
por siempre su rumbo eterno,
escriba en ruta el cuaderno
donde recite su análisis,
no se provoque parálisis
y no lo asuste el infierno.

Que tormenta sea su voz,
¡haga tronar su alma en pena!
Que nunca exista condena
ni le acobarde la hoz.
Dígame ahora un adiós
y vaya en busca del crápula
que le ha dejado esa mácula,
que clavó a su vida un sesgo,
multiplicándole el riesgo
en su querencia vernácula.—


Al oírme, se esfumó
cruzando mi cama, al bies,
y se me helaron los pies,
¡desde el balcón se tiró!
El tape, ¡se evaporó!
Yo no puedo demostrar
quién me vino a visitar
con un blanco que encandila,
porque se quedó sin pila
el flash de mi celular.”

© Rubén Sada. 1/09/2015.


DÍA DE LA TRADICIÓN (10 DE NOVIEMBRE) CONTRAPUNTO ENTRE EDGARDO LALUZ Y RUBÉN SADA


DÍA DE LA TRADICIÓN

—Edgardo Laluz—
Es muy bueno, Rubén Sada,
¡de acá valoro su arte!
Lo que del blog nos comparte
¡décimas muy bien rimadas!
Al compás de la encordada
yo le dejo mi poesía
y también me gustaría
perdón si su tiempo ocupo
que nos escriba en el grupo
un verso de su autoría.

—Rubén Sada—
Pertenecer a este grupo,
señor Edgardo Laluz
es absorber mucha luz
o una fracción de su cupo.
Cada verso que aquí escupo
y que escribo con mi palma,
es una parte de mi alma
ya que mi mente es depósito
y tiene el noble propósito
de repartir paz y calma.

—Edgardo Laluz—
Yo conozco bien sus mentas
pues me las contó Emanuel,
no necesita cartel
en versos la representa.
Su escritura lo argumenta
perdón si soné atrevido,
tampoco ando con cumplidos,
solo escribo así, a mi modo
porque este grupo es de todos,
por eso le hice el pedido.

—Rubén Sada—
Es lindo representar
en versos la tradición,
y este día es la ocasión
más propicia de payar.
Pongámonos a cantar
con un hábil contrapunto
proponga usted el asunto
que yo en décima lo empardo,
no me asusta, don Edgardo,
que alguien resulte difunto.

—Edgardo Laluz—
Nunca lo quise asustar
esa no fue mi intención,
yo apenas soy un pichón
en esto de improvisar.
Si quiere contrapuntear
no me asustan sus albores,
son muy tenues mis colores
pero tienen su valor,
¡yo solo soy un cantor
mezclado entre payadores!

—Rubén Sada—
Yo también soy un pichón
que está aprendiendo a volar,
si acepta contrapuntear
quizá no evite un chichón.
Tal vez se pegue el planchón,
tenga cuidado, le digo,
si responderle consigo
lo haré de una forma extrema,
proponga ya mismo el tema
que sé enfrentar a un amigo.

—Edgardo Laluz—
No tengo dudas, le digo,
del tema no hay discusión,
pensé que era tradición
empiece que yo lo sigo.
Acá encontrará un amigo
que para esto es cosa clave,
le aclaro, por si no sabe,
en el verso improvisado
que no es el primer candado
que le hago saltar la llave.

—Rubén Sada—
Mi llave es una ganzúa
que puede abrir cualquier puerta,
mi mente es mente despierta
y aguijoneo como púa.
Si usted su llave sitúa
queriendo abrir mi candado
jamás quedaré trabado
pero romperé su llave,
¡cuídese usted, no se trabe!
Yo ya tomé mi cuidado.

—Edgardo Laluz—
¡Háblenos de tradición
y haga vibrar al gauchaje!
Luzca al viento su plumaje,
usted que en esto es pichón.
Que yo pondré mi atención
para aprender con esmero,
como aprendí, mi aparcero,
y querido contendor,
que además de payador
también es buen cerrajero.

—Rubén Sada—
Si hablamos de tradición
empiezo por el más grande,
mencionando a José Hernández
y su máxima expresión.
La pampa fue su bastión,
nos contó de Martín Fierro,
de su forzado destierro,
imagen propia del gaucho
explotado como el caucho,
maltratado como a un perro.

—Edgardo Laluz—
Tradición son mis mayores,
tradición es mi sentir,
tradición es transmitir
para ir sembrando valores.
Canto de los payadores,
décima que no se inclina,
son las trenzas de una china,
fogón que nos da su lumbre,
es respetar las costumbres
de nuestra tierra argentina.

—Rubén Sada—
Tradición, que manifiesta
amistad en ronda de mate,
mazamorra o chocolate
caliente en la patria fiesta.
Compartir es la propuesta
de hermano criollo, oriundo,
un sentir claro y profundo
sin descuidar la raíz,
y ha abierto nuestro país
sus puertas a todo el mundo.

—Edgardo Laluz—
Es de una escuela el palenque
que horas espera al jinete,
pingo viejo, la gran siete,
riendas, cuerito y rebenque.
Y a pesar de estar enclenque
igual mi verso lo nombra
pisando la verde alfombra
mirando como “destraido”
simula su belfo “caido”
beber de a tragos la sombra.

—Rubén Sada—
El ocaso ya es hipnótico,
tarde el puestero se cansa,
y la plata no le alcanza
aunque el trabajo es despótico.
Pero su lomo patriótico
puso, duplicando al buey,
el patrón dictó su ley
y él engordó a su patrón,
fue siempre la tradición
la opresión del amo y rey.

—Edgardo Laluz—
Hablamos de tradición
y yo lo encuentro algo lento,
sé que le sobra talento,
se aprecia en cada renglón.
Acepté la invitación,
por eso un verso le enanco,
pero debo serle franco:
no es que en versos lo castigo,
¡si quiere payar conmigo
tendrá que apurar el tranco!

—Rubén Sada—
No es que yo tenga parálisis,
es que yo también trabajo,
y, sabe, lo hago a destajo,
haga usted su propio análisis.
Si me exige un psicoanálisis
usté a mí no me amedrenta,
el tiempo no tomo en cuenta,
no sea que el apuro encarne,
siempre es más tierna la carne
que se asa en forma bien lenta.

—Edgardo Laluz—
Solo en un tono chistoso
me solté de la maroma,
espero acepte la broma
que fue de modo amistoso.
Y yo, que en versos retozo
hago sonar la campana,
y en la forma más paisana
tranquearemos los dos juntos,
le agradezco el contrapunto
y le digo hasta mañana.

—Rubén Sada—
Enredando nuestras riendas
a media letra nos vamos…

—Edgardo Laluz—
Volví así terminamos
en versos nuestra contienda.

—Rubén Sada—
Cada cual hizo su ofrenda
poniendo mente y testuz,

—Edgardo Laluz—
con la guitarra hecha cruz
en décima improvisada

—Rubén Sada—
le agradece Rubén Sada
al nuevo amigo Laluz.

Autores: Edgardo Laluz / Rubén Sada. 
Contrapunto en décimas escrito mediante Facebook el Día de la Tradición, 10/11/2015.



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